Es un postre muy vistoso que apenas cuesta trabajo, pero sí tiempo, para prepararlo con antelación me parece una idea genial.
Se puede presentar en vasos individuales, pero primero se hace la capa de panna cotta y después la de gelatina.
Al ser un molde de silicona que luego da la vuelta, empecé por la capa de gelatina.
Para la capa de gelatina:
1 sobre de gelatina de fresa
500 ml agua
Para la capa panna cotta:
300 ml leche
200 ml nata
50 gr azúcar (añadir más si sois golosos)
4 hojas de gelatina neutra
Preparamos la gelatina según las instrucciones del paquete y vertemos en los recipientes donde lo vayamos a degustar acoplandolos de manera que cuajen en forma obligua, yo metí los vasitos en una cesta con un paño de cocina, arrugando la tela para poner bien confortables los vasos.
Cuando la gelatina haya cuajado y se pueda poner el vaso en vertical sin que la gelatina se desparrame, preparamos la panna cotta
Disolvemos la gelatina en agua fria.
Calentamos la nata, la leche y el azúcar lo suficiente para que se derrita la gelatina.
Escurrimos la gelatina y la incorporamos a la nata.
Esperamos unos 5-10 min para que enfríe un poco la mezcla, ya que si vertemos la mezcla demasiado caliente se mezclará con la capa de gelatina.
Una vez cuajada, si queremos podemos preparar un coulis de fresas para ponerle otra tercera capa horizontal por arriba, pero como veís queda muy vistoso.
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